domingo, 15 de junio de 2008

13ª Etapa: 27 de Mayo 2008. Palas Do Rei - Santiago de Compostela: 71,29 kmtrs.

Llegada Plaza Obradoiro.-
Después de la mojadina de ayer, me da no se qué mojarme de nuevo. Es duro ir en bicicleta con lluvia, así que he decidido que si llueve como ayer me compro un traje de agua en Palas do Rei. Más que nada por las piernas, pues el culotte no es térmico y esa parte es la que te mojas. Las plegarias al Señor Santiago parece que han hecho efecto, y en esta etapa la climatología me va a dar un respiro hasta llegar a Compostela. Ha caído algún chubasco débil, pero nada comparado con lo de ayer. Incluso ha salido el sol durante un corto periodo de tiempo para enseguida teñirse el cielo de gruesos nubarrones que amenazan con descargar. Para no perder tiempo, pues estoy impaciente con llegar a Santiago, decido no hacer muchas paradas. Hago una en Melide, para comprar bebida isotónica, y de paso tomarme una tapita de pulpo en Casa Ezequiel, pero como es un poco temprano, todavía se encuentra cerrado. Después hago otra en la capilla de Santiago de Boente, para sellar la credencial, visitar la iglesia y rezar una oración. Desde aquí y ya sin parar, continúo por la N-537 hasta Santiago. Voy adelantando a numerosos peregrinos ciclistas, y también saludando a los que van a pié, pues el camino discurre paralelo a la carretera en numerosos tramos. Pocos kilómetros antes de Santiago, la carretera desemboca en una gran Rotonda donde comienza la autovía, por lo que me tengo que meter por la calzada de los peregrinos y la antigua nacional hasta Lavacolla, y desde allí subir el Monte do Gozo. Una vez coronado el Monte do Gozo, diviso a lo lejos las torres de la Catedral, lo que me produce una emoción enorme. Estoy a cuatro kmtrs. de conseguir el objetivo. Me detengo a tomar unas fotos, y continúo emocionado hasta la misma plaza del obradoiro a donde llego a las 1250 horas, después de 71 kmtrs de continuos toboganes rompepiernas. Por fín, estamos ante la Catedral de Santiago Apóstol. Han sido 13 días duros con unas condiciones climatológicas adversas, y recorridos 778 kmtrs desde Roncesvalles. Pero ha merecido la pena la aventura. Primero por el viaje interior y de reflexión interna que supone el camino de Santiago. Y segundo por el reto personal de realizarlo sin apoyo exterior y con casi 9 kilos de peso en las alforjas de la bicicleta. Sólo tú ante las circunstancias externas. Puedo dar gracias a Dios y la providencia de no haber tenido ningún pinchazo, ni una sola avería, ni tampoco ningún desfallecimiento físico. Sí que ha habido altibajos en la fuerza mental, pero afortunadamente, han sido superados y el objetivo altamente cumplido, pues tampoco tuve necesidad de bajarme de la bicicleta. A la llegada a la plaza del Obradoiro, oigo una voz que dice: " Ya viene el de Alcañiz ". Resulta que son los dos peregrinos ciclistas de Zaragoza, uno de ellos Jesús de Albalate del Arzobispo (Teruel), y el otro Rogelio de Zaragoza. Han llegado 20 minutos antes que yo, y me han visto entrar. Como Jesús pertenece a la policía municipal de Zaragoza, nos valemos de su influencia, y dejamos las bicis en las oficinas de la policía municipal de Santiago, bien custodiadas, para ir a dar el abrazo al Señor Santiago. Después nos tomamos unas cañas para celebrarlo y me voy al Hotel en busca de la merecida ducha y el descanso necesario, para luego salir a disfrutar de Santiago y de su casco antiguo, en el cual estoy alojado, en el Hotel "Costa Vella" en la calle Portal de la Peña, un hotel con encanto y que recomiendo a todo el que visite ésta Ciudad. Por la tarde y después de recojer la Compostela (Certificado de acreditación de haber realizado el Camino ) y disfrutar de Santiago quedo con Jesús y Rogelio, que me presentan a un peregrino Vasco de Bilbao. Se llama Goyo y es la 13ª vez que hace el camino de Santiago. Hablamos de ir a Finisterre, y decidimos ir en Autobús el día 28 de Mayo. El camino físico, no acaba en Santiago sino en Finisterre, donde la tradición dice que se quemaban las viejas ropas utilizadas durante el camino a Compostela. Quedamos pues Jesús, Rogelio, Goyo y yo a las nueve de la mañana en la estación de Autobuses. Es una buena idea ir en autobús, dado el tiempo lluvioso y la peligrosidad de la carretera que discurre por toda la Costa de la muerte. La tarde en Santiago muy lluviosa. pero el Objetivo ha sido Cumplido.


!!!!! GRACIAS SEÑOR SANTIAGO !!!!!

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