domingo, 15 de junio de 2008

Reflexiones sobre el Camino

Cuando uno se pone en la linea de salida para emprender un camino, en realidad se ha marcado ya un objetivo, que es la meta final. Para esto nos hemos situado en la línea de salida. Es verdad que, como el camino es largo, a veces podemos tener momentos de debilidad y de preguntarnos a nosotros mismos: ¿ Qué hago aquí ? . Desearíamos tener la meta más cerca, más fácil. Pero no hay que dejarse distraer por esas debilidades. La meta se conquista paso a paso, a fuerza de caminar. Por eso hay que exigirse y tirar de uno mismo desde el principio. Después, hay que seguir, pero siempre con optimismo, ya que el camino es seguro porque está iluninado por la luz de uno mismo y de todos los peregrinos que a lo largo de los siglos han pasado por aquí. Todos somos la luz de Dios, y en estos momentos que vivimos dónde los valores están por los suelos, y lo único que triunfa es la mediocridad y el papanatismo, dónde cada vez hay más prepotencia y soberbia y menos humildad y sencillez, me vienen a la memoria las palabras de Leo Buscaglia, autor italiano y catedrático de Amor en la Universidad de California del Sur, recordándonos que los valores morales y espirituales no coartan ni hacen daño sino que nos protegen a lo largo de nuestra existencia. El camino de Santiago, es al mismo tiempo Soledad, pero una soledad sin sentirse sólo, una soledad que tanta falta hace para tener en marcha la vida interior. Para terminar, reproduzco una fragmento que leí en el Monasterio benedictino de Rabanal del Camino después de asistir a las vísperas el día 23 de Mayo de 2008 cuando hice final de etapa en el camino.

" Me gusta que, en la oración, tengas esa tendencia a recorrer muchos kilómetros: Contemplas tierras distintas de las que pisas; ante tus ojos pasan gentes de otras razas; oyes lenguas diversas....... Es como un eco de aquel mandato de Jesús: "euntes docete ommes gentes". Id y enseñad a todo el mundo. "

En Alcañiz (Teruel) Junio de 2008.-

No hay comentarios: